Sex and the city

Inspirada en esta maravillosa serie y apodada con el nombre de Carrie me convoca a escribir el adorable finde que emprendieron las cuatro aventureras...
Citadas el viernes por la noche, cada una llegaba y contaba de su vida, amores, desamores, discusiones, actividades laborales, etc.
La dueña de casa recibió a su primer amiga que había estado afortunadamente ese día de descanso de sus tareas laborales, luego llegó Sam quejosa por los lamentables prejuicios que a veces sufrimos en un país que aún está lejos de "abrir la mente", más tarde y casi con la comida que habían solicitado telefónicamente (era obvio que no iban a cocinar y que el horno de Carrie era una especie de despacho de pan que no prefería no comer y guardasartenes que no usaba) llegó Charlotte que venía de esa facultad que estaba por abandonar en unos meses (ya que iba a empezar en el terreno laboral "coleguístico" de las otras tres integrantes de la troupe).
Así fue como entre pizzas, empanadas, algo dulce,gaseosas, puchos y tragos; las cuatro tan iguales y a la vez tan diferentes: algunas enamoradas, otras apáticas, otras liberadas, otras resignadas, otras "superlaborales" y todas, seguramente con una mezcla entre todos estos estados, una vez más se divirtieron, vieron y bailaron (hasta con accesorios de colores que hacían juego con el brillo de sus ojos) para ir una vez a favor de la corriente con la vida... esa tan movida que si no le seguimos el ritmo y la bailamos, nos lleva...