domingo, 31 de mayo de 2009

Manos entrelazadas


Es verdad que a veces llevan a escribir situaciones de desesperación, desamparo y angustia; pero por qué no esbozar la alegría que uno siente en ciertas ocasiones?
Un pecho en el cual apoyarse al ser convocada, una palabra de aliento cuando es necesitada, un beso apasionado, un abrazo contenedor, una comida acompañada, un simple café, una película o espacios familiares compartidos…
Cómo explicar qué se siente cuando el alma sonríe?
Al ser una incluída, alojada en un lugar, mimada, contenida, al sentir que alguien con el simple hecho de estar, de hacerte un café cuando te levantás, de acompañarte en tus humores y dolores, al decirte lo que siente, al reírse y llorar junto a vos, te acompaña, te hace sentir como si tus problemas volaran mágicamente y tu felicidad está ahí presente.
Ya no sos sola, ya no es lo “tuyo” sino “lo de ustedes”, el “mi” se transforma agradablemente en “nuestro”.
Muchas veces me encargué de remarcar lo inexplicable del dolor…el amor a veces, también se caracteriza por ser difícil de definir y, quizá, este sentimiento sea la respuesta a lo que creía inexplicable líneas anteriores al referirme al alma sonriente y a las ocasiones alegres…

lunes, 11 de mayo de 2009

Lágrimas

Incluso frente a un frío monitor (y más si es lo único que tenemos),
nos atrevemos a explayarnos y a inagurar una catarsis.
Soledad, diferencias, desplantes, indiferencias, son las cosas que martillan el corazón a punto tal que el derramar lágrimas sea frecuente, la hinchazón de ojos "normal" y la desesperación que ataca el alma hasta poder encontrar una solución pareciera acompañar seguido.
Qué fea sensación! Solo la entiende el que la siente, no bastan las palabras,
el corazón a veces no explica... actúa.
Sentir la necesidad de dar un abrazo, que alguien seque el agua que corre por tus mejillas,
poder acompañar a tus seres queridos de la manera más entera,
dejar de extrañar a quienes no están y dejar de pensar que si ellos estuviesen aquí, estas situaciones complicadas no lo serían tanto.
Evidentemente uno piensa mucho, y diferente, y esas cosas traerán conflictos, pero sobre todo, duelen...
Tu perro te mira, en cierta manera es él el que te acompaña, agarras un cigarrillo y decides compartir tus penas con él.