miércoles, 1 de octubre de 2008

Conocerse...

Entraba ese viernes bien vestida y con cambio de look en su pelo que ella percató al instante. A pesar de apreciarla mucho, ese día no sabía bien qué decirle pero también sabía que su resistencia seguramente se debía a algo o alguien...
Se sentó, sonrió a su terapeuta y comenzó a "esquivar" sus temas tabúes contándole lo que haría ese día. Tras recibir los piropos adecuados por su feliz comienzo en la profesión y el empeño que ponía en hacer interpretaciones a sus pacientes, relacionó y relacionó hasta que mágicamente habló de aquello que la perturbaba, fue con un tema y mil teorías con respecto a éste y ella con su dulzura mezclada con solidaridad, carisma y humor supo interpretar.
Lo único que hay para decir, es que se fue contenta caminando erguida con su pelo al viento y sus tacos por aquella avenida. Decidió (intentar al menos que no es poco) relajarse y darse oportunidades para incursionar en el mundo de la felicidad (aunque sabía que el paraíso no existía, estaba dispuesta a encontrar el más parecido terreno).
Una fiesta la esperaba y la encontraba casualmente con una actitud festiva, como corresponde.

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