Es verdad que a veces llevan a escribir situaciones de desesperación, desamparo y angustia; pero por qué no esbozar la alegría que uno siente en ciertas ocasiones?
Un pecho en el cual apoyarse al ser convocada, una palabra de aliento cuando es necesitada, un beso apasionado, un abrazo contenedor, una comida acompañada, un simple café, una película o espacios familiares compartidos…
Cómo explicar qué se siente cuando el alma sonríe?
Al ser una incluída, alojada en un lugar, mimada, contenida, al sentir que alguien con el simple hecho de estar, de hacerte un café cuando te levantás, de acompañarte en tus humores y dolores, al decirte lo que siente, al reírse y llorar junto a vos, te acompaña, te hace sentir como si tus problemas volaran mágicamente y tu felicidad está ahí presente.
Ya no sos sola, ya no es lo “tuyo” sino “lo de ustedes”, el “mi” se transforma agradablemente en “nuestro”.
Muchas veces me encargué de remarcar lo inexplicable del dolor…el amor a veces, también se caracteriza por ser difícil de definir y, quizá, este sentimiento sea la respuesta a lo que creía inexplicable líneas anteriores al referirme al alma sonriente y a las ocasiones alegres…