Esa que a uno le sale tan fácil y que controla tanto antes de que domine su ser,
esa que se añora y a la vez se critica...
esa que ayuda y a la vez perjudica.
Me vienen a la cabeza frases que he pronunciado bastante como:
"más vale arrepentirse de lo que uno hizo y no de lo que no hizo" o una que leí ayer archivando en la oficina: "Me duele hoy lo q ayer hice mal, pero también lo q no hice".
Hoy en día y dependiendo del día, de lo producido y de mi estado de ánimo, sigo preguntándome por el qué está bien y el qué está mal; añoro poder dejarme fluir sin que el cuchillo de la culpa o duda me apuñale, añoro que las cosas me salgan algún día como las soñé o no pretendiendo tanto, pero que salgan sin haberlas soñado, sin haberme torturado...
Así de espontánea que soy, antes de irme empecé a escribir con la espontaneidad al 100 % sin releer siquiera lo que están tipeando mis dedos.
Conclusión: no se qué está bien o qué está mal, solo de cabeza dura la espontaneidad me gana, y las consecuencias se esperan...
Tampoco nadie responde a eso, pero él, ese hermoso animal gris me miraba simulando entenderme y me soportaba mientras lo ahumaba sentada en la escalera con ese Lucky en mano.